Sala de Prensa

La Asociación de Empresas Forestales de Menorca,  ASEFOME, ha expresado de nuevo su preocupación por la importante expansión de la plaga de la “Lagarta peluda” (lymantria dispar) que afecta a los encinares y a otras zonas rústicas y urbanas de Menorca. Sus efectos han sido evidentes este año, con amplias zonas en donde la defoliación de los árboles y las plantas afectadas ha sido total.  

Al respecto, y en contra de las opiniones de algunas organizaciones ecologistas y del Consell insular, que consideran que el ciclo de expansión de la plaga ha finalizado. La Asociación forestal cuenta con un estudio de la Consellería balear de Medio Ambiente que concluye que en Menorca no existen suficientes enemigos naturales de la plaga. Por lo que su avance no se paralizará por medios naturales.

El mismo informe detalla que en Menorca el inicio de la actual plaga data de los años 2003 y 2004. Lo que también constata que en la isla no se cumple en ciclo de 4 ó 5 años, a cuyo término, según alguna organización ecologista y el Consell, habría finalizado el avance de la plaga.

Según el citado informe en el año 2005 se produjeron fuertes ataques de la plaga en la zona de Artá en Mallorca y en Menorca. En Mallorca, en ese año, se fumigó con el insecticida microbiológico a base de diflubenzurón, lo que ha posibilitado mantener la plaga bajo niveles aceptables. Por el contrario, en Menorca no se autorizaron esos tratamientos.

Consecuencia de ello es que, ya en el año 2007 el 60 por 100 de los encinares de Menorca estaban ya afectados por la plaga. En el año 2008 se logra que se realicen fumigaciones aéreas, si bien no en todas las zonas. Por lo que, en el año 2009 los efectos en las zonas fumigadas han sido evidentes. Pero el avance en y desde las zonas no fumigadas ha sido devastador.

En este año 2009, a pesar que estaba prevista una nueva fumigación aérea en las zonas afectadas. Contándose para ello con un presupuesto de 66.072 euros. Por motivos desconocidos dicha fumigación no se ha realizado en Menorca.

Por ello, en estos momentos los efectos de la defoliación de los árboles afectados aún son evidentes, con un lamentable efecto natural y visual. En sentido, ASEFOME recuerda que si bien es cierto que la oruga de la lagarta peluda, de manera general, no provoca la muerte de los árboles en que se alimenta y estos recuperan sus hojas. Cuando esos árboles se encuentran debilitados por otros factores, como fuertes sequías, suelos pobres o bien defoliaciones sucesivas, como es el caso actual, estos árboles pueden morir.    

Por esos motivos, ASEFOME considera que la Consellería balear de Medio Ambiente, competente en esta materia, debe asumir su responsabilidad en la materia. Para lo cual ya declaró oficialmente la plaga en Menorca en el año pasado. Debiendo para ello acometer medidas mas contundentes. Entre las que se encuentran las fumigaciones aéreas, utilizando los productos más adecuados ecológicamente, y en todas las zonas y áreas afectadas.