Sala de Prensa
La temporada alta pone en alerta a las concesiones de playa de Cala Galdana
Varias empresas adjudicatarias de las autorizaciones temporales de explotación de elementos de temporada y la adjudicación de concesiones de instalaciones fijas de Cala Galdana, mostraron ayer a CONCEMENORCA su indignación por la cada vez más agravante falta de aparcamiento en la zona para posibles clientes y visitantes.
Históricamente las urbanizaciones de Serpentona (Ciutadella) y Cala Galdana (Ferreries) no han contado con una dotación suficiente de aparcamiento para abarcar la demanda de usuarios y turistas durante el verano. La falta de espacios públicos para el estacionamiento de vehículos se acentúa con la llegada de los meses de julio y agosto.
En este año 2018 hay que lamentar otro elemento sobrevenido que dificulta aún más el acceso a la playa de Cala Galdana a los usuarios posibles clientes de los servicios de hamacas, sombrillas, velomares, alquiler de embarcación, restauración, comercio, …
La prohibición de acceder en coche y/o motocicleta a la playa vecina de Macarella de mayo a octubre, provoca que los turistas y/o residentes que no quieran optar por el servicio de transporte público habilitado, llenen, desde primera hora de la mañana, una gran parte de las plazas disponibles entre Serpentona y Cala Galdana, para acceder, a través del sendero del Camí de Cavalls, a las deseadas y afamadas playas de Macarella y Macarelleta.
Con esta medida que el Consell Insular de Menorca ha adoptado, además de no solucionar la problemática agravada hace dos años con el cierre de uno de los dos parkings en Macarella, sino que lo ha trasladado a la playa urbanizada vecina.
La institución insular debería velar también por los intereses económicos de las familias y trabajadores a cuyos negocios se ha perjudicado con la toma de decisiones, de tipo experimental, cuyos fallos siempre recaen en la parte más débil y vulnerable.
Las empresas concesionarias de autorizaciones temporales de explotación de elementos de temporada y de instalaciones fijas de Cala Galdana, han visto reducida drásticamente su cifra de ventas durante lo que llevamos de verano.
Además, en los 25 días que llevamos de julio, plena temporada alta, se observa que su situación se va agravando. La actividad económica generada principalmente entre los meses de julio y agosto supone una parte importante de la facturación total de estas pequeñas empresas concesionarias para poder hacer frente a los cánones de explotación que se pagan a los ayuntamientos. Y, por ejemplo, en estos días de julio, están sobrando varias decenas de hamacas y sombrillas disponibles.
Durante los últimos tiempos CONCEMENORCA se ha mostrado prudente, y ciertamente respetuosa con el Consell Insular de Menorca, con las medidas de reducir los parámetros de la limpieza de las playas y la no retirada, en algunos casos, de la posidonia. La conservación del equilibrio natural de las playas menorquinas también es nuestra prioridad.
No obstante, estas iniciativas emprendidas sin analizar con rigurosidad las consecuencias colaterales de su puesta en marcha está perjudicando al resto de actores implicados.
Tanto ayuntamientos como Consell Insular deberían emprender medidas para aumentar la capacidad de aparcamientos y solucionar el problema que esta zona ya venía arrastrando durante años.
Por otro lado, en plena temporada turística alta también se ha visto incrementado y aumentado el número de actividades de venta ambulante (gafas, pulseras, bebidas, fruta, ropa, …) en zonas de baño.
Según la normativa, la venta ambulante o no sedentaria únicamente se puede llevar a cabo en mercados fijos, periódicos u ocasionales. Y las playas y sus zonas de baño no son mercados fijos, periódicos u ocasionales.
Pero en esta materia, manifiestamente ilegal y conocida, que viene denunciando CONCEMENORCA año tras año, ni el Consell Insular de Menorca ni los ayuntamientos consiguen avanzar para su definitiva erradicación.